Colmena termosolar

El confort térmico de una colmena termosolar acelera el desarrollo primaveral de la colonia en varias semanas (en comparación con las colmenas comunes) y ahorra las reservas de invierno, así como la miel producida durante el pecoreo. El apicultor encuentra sus abejas después del invierno (a finales de febrero) casi tan fuertes como las que invernó. Por término medio, las colmenas termosolares consumieron 6,4 kg menos de reservas que las colmenas de control.

La varroa actúa como transmisor de los virus en las abejas. Por lo tanto, su exterminación mejorará la salud de las colonias también en este aspecto. Según las investigaciones, se sabe que los virus de las abejas son un factor importante que afecta a la vitalidad y la supervivencia de las colonias de abejas melíferas.

Como cada alza de la colmena termosolar está equipada con un dispositivo para atemperar su espacio interior, el riesgo de desestabilización térmica de las colonias al añadir las alzas se reduce considerablemente. Durante la primavera, las abejas ponen huevos rápidamente en la cámara de cría en el panal recién construido que fue insertado allí.

El tratamiento completo consiste únicamente en retirar el techo permeable al vapor por la mañana y ventilarlo después de alcanzar la temperatura máxima de tratamiento. El apicultor puede leer cómodamente los datos de temperatura en dos termómetros digitales integrados. Por lo tanto, el apicultor regula la temperatura en la colmena, la temperatura máxima y la duración de su influencia, supervisando así el transcurso correcto del tratamiento. De este modo, se elimina el riesgo del fallo de cualquier tecnología de ventilación, entonces no se pone en peligro a las colonias.

Así, con la protección ante las heladas, la colmena termosolar reduce su mortandad durante los meses de invierno. Esto permite que incluso las colonias más débiles, como los núcleos de reserva con reinas de repuesto, sobrevivan al invierno. El sistema termosolar calienta la colonia durante el día en los inviernos más duros y elimina así la posibilidad de la congelación. También reduce el nivel del agobio de las abejas. Esto prolonga su vida y ayuda a las colonias ganar fuerza. La regla es que cuanto más dura sea la helada, más protegidas estarán las abejas por la colmena. Ya que en las heladas severas suele estar despejado durante el día, lo cual aumenta el rendimiento térmico de los cuadros termosolares. El calor generado de este modo se almacena en la colmena y, debido a su construcción, también presenta una inercia térmica considerable. En los días soleados y helados, la temperatura en la colmena puede ser hasta unos 15ºC más caliente que la temperatura exterior. Hay una gran diferencia entre una colonia que pasa el invierno a unos -5ºC y otra que se enfrenta a unos -20ºC.

La colmena termosolar calentada asegura el confort térmico a las obreras necesario para evaporar mejor el agua del néctar, evitando así el problema de la miel acuosa conocido en las colmenas de las paredes finas.

Las madres tempranas suelen ser las mejores porque se crían en el momento del mayor nivel de polen. Sin embargo, esto no puede hacerse en las colmenas comunes fuera de los colmenares, ya que son muy frías y las temperaturas medias en los principios de primavera son apenas superiores a las del exterior. Sin embargo, el confort térmico de la colmena termosolar permite iniciar la cría de las reinas y de los zánganos más temprano. Solo una colmena que pueda obtener y almacenar la energía térmica de su entorno puede ser una alternativa viable para resolver este problema.

Sin limitar las reinas en la cámara de cría, la colmena termosolar puede contener al menos 25 kg de miel en un panal. La dinámica del trabajo también está subordinada a este requisito.

El ácaro ya está prácticamente exterminado después de la segunda aplicación del calentamiento de la cría durante el final del verano. Una sola aplicación reduce el número de individuos del parásito en aproximadamente un 70%. Es decir, por debajo de un nivel que pueda ser peligroso para la colonia. El parásito solo puede sobrevivir el invierno como un individuo forético esporádico. Ignora por completo el riesgo de la mortandad de las colonias por causa de la varroasis. La colmena está adaptada no solo para matar a los ácaros bajo las tapas de la cría, sino también para matar a los ácaros en la cría.  Los ácaros se caen en en el fondo sanitario después de ser atontados por el calor. La primera caída de los ácaros foréticos comienza al alcanzar la temperatura de 38°C en los pasillos entre los panales. Alcanza su punto máximo cuando la temperatura supera los 40°C.

Se supone que las esporas de estos patógenos mueren con el aumento de la temperatura. El ácaro Varroa destructor se elimina por la subida de la temperatura en el final del verano, por lo que también (como efecto secundario) desinfecta de las esporas del Nosema todos los panales en
la colmena en la que las abejas pasarán el invierno. La termoterapia primaveral ayuda a las abejas a evitar el problema de la nosemosis, que suele atacar en los principios de primavera a las abejas
debilitadas por haber pasado el invierno en las colmenas comunes. Se supone que las esporas de estos patógenos mueren con el aumento de la temperatura. El ácaro Varroa destructor se elimina por la subida de la temperatura en el final del verano, por lo que también (como efecto secundario) desinfecta de las esporas del Nosema todos los panales en  a colmena en la que las abejas pasarán el invierno. La termoterapia primaveral ayuda a las abejas a evitar el problema de la nosemosis, que suele atacar en los principios de primavera a las abejas debilitadas por haber pasado el invierno en las colmenas comunes.

Ya que los zánganos y el calentamiento termosolar continuo, libera a miles de abejas del calentamiento de la cría, se aumenta la actividad de vuelo de la colonia. Entonces las abejas en la colmena termosolar se dedican más al pecoreo. Esto es una ventaja, especialmente en los meses de primavera.

Solo una termoterapia realizada de manera correcta en una colmena termosolar puede matar a los ácaros escondidos en la cría con una eficacia del 100%. Por lo tanto, esta manera nos da la posibilidad de exterminar la varroasis.